HISTORIA
República de Haití:

Haití fue llamada en el siglo XVIII la Perla de las Antillas debido a la riqueza que representó en aquella época para Europa. Sus paisajes naturales, algunas de las reservas de bosques tropicales más bellas del Caribe, y una población de gran hospitalidad, junto con varios sitios históricos que se cuentan entre los más importantes de América, son la apuesta haitiana para seducir cada vez más a los visitantes.
LAS CULTURAS PRECOLOMBINAS
La isla de La Española, donde se encuentra la República de Haití, tiene vestigios de población humana que llegan a los 7 mil años de antigüedad. Las similitudes que tienen los restos de herramientas encontrados por los arqueólogos con restos encontrados en Yucatán, permiten suponer que éste fue el lugar de procedencia de los primeros colonos de la isla. Hacia el año 500 a. C., la cultura Saladoide, cuyo nombre proviene de la región de Saladero en Venezuela, comenzó a expandirse por el caribe. Estos indígenas llegaron a La Española cerca del año 400 a. C. y allí se establecieron, cultivando la mandioca y fabricando una fina cerámica decorada, así como artesanías en mimbre y trabajo con plumas. La cultura Saladoide navegaba por el Caribe con canoas y tenía relaciones comerciales con el continente de América del Sur. Entre el siglo VII y el XIII se habían extendido por la isla importantes poblados basados en la agricultura. Los asentamientos se organizaban alrededor de grandes espacios abiertos y ya jugaban una versión local del juego de pelota mesoamericano. A partir del año 1.200 comenzó a desarrollarse la cultura de los Taínos. Los Taínos llegaron a La Española desde el norte de América del Sur empujados por los Caribes y en la isla desarrollaron una compleja estructura social con cuatro clases: los caciques que eran los jefes, los nitaínos o nobles, los behiques o sacerdotes y los naborias que trabajaban la tierra. Eran un pueblo religioso con una gran cantidad de rituales que realizaban para sus zemís o deidades que podían ser representados por medio de un tipo de amuleto característico de su cultura que era una piedra de tres puntas con el rostro del dios creador tallado en ella. Las mujeres Taíno se dedicaban a la agricultura, plantando especialmente mandioca en los conucos, una especie de terraza de un metro de altura y tres de diámetro, y los hombres se dedicaban a la pesca y la caza utilizando el arco y las flechas, que a veces estaban envenenadas, y también construían canoas que podían transportar hasta 150 personas. Los taínos vivían en poblados llamados yucayeques y tenían una vida social simple pero activa. Practicaban el juego de pelota, que ellos llamaban batu y se dedicaban a la música y al baile. Para cuando los españoles llegaron a América, estaban organizados en cinco grandes cacicazgos: Maguá, Maguana, Jaragua, Marién e Higüey; estos dos últimos dentro del territorio actual de Haití. El cacicazgo de Marién tenía su capital en El Guarico, cerca de donde hoy se encuentra Cabo Haitiano, en la costa norte de la isla, y su jefe, Guacanagarix, fue quien recibió a Cristóbal Colón cuando la carabela Santa María naufragó durante su primer viaje.
LA LLEGADA DE CRISTÓBAL COLÓN
Cristóbal Colón llegó La Española o Ayiti, como la llamaban los taínos, el 5 de diciembre de 1492. Con los restos del naufragio de la carabela Santa María y la ayuda del cacique taíno Guacanagarix levantó un fuerte, cercano a la zona donde hoy se encuentra Cabo Haitiano, al que llamó La Navidad. Colón dejó un asentamiento permanente allí y volvió a Europa. Para su regreso, luego de su segundo viaje, los españoles que habían permanecido en el continente estaban todos muertos. Colón levanto un nuevo fuerte hacia el oriente de la isla al que llamo Isabela y que luego fue bautizado como Santo Domingo. Los relatos del religioso Fray Bartolomé de las Casas, un ferviente defensor de los indígenas durante los primeros años de la conquista española, dan cuenta de la desaparición de la cultura de los taínos en Haití durante la primera mitad del siglo XVI. Para el año 1550, de los cientos de miles de indígenas que poblaban La Española, debido a enfermedades como la viruela para la que los nativos no poseían defensas y al trabajo forzado, solamente quedaban un par de centenares. La española sirvió como puesto de avanzada de los españoles para poder llegar al continente y aunque las expectativas de encontrar grandes cantidades de oro en la isla no fueron colmadas, el lugar revestía una importancia estratégica. Además de servir como asiento de las autoridades administrativas de la región, también pudo ser utilizado para desarrollar políticas que luego se extenderían al resto de los territorios conquistados. Fue allí donde España introdujo el repartimiento, un sistema para la utilización forzosa de mano de obra indígena por parte de los españoles y la distribución de tierras entre los españoles que residían en América, quienes eran llamados peninsulares. De todas maneras, la escasez de metales preciosos y el establecimiento de los importantes virreinatos de Perú en América del Sur y de Nueva España, que abarcaba México y Centroamérica, ayudaron a que La Española perdiera parte de su importancia para los españoles y, a lo largo del siglo XVI, la región fue asolada por piratas franceses e ingleses. Hacia fines del siglo XVI, los españoles de las colonias comerciaban ilegalmente con los holandeses en el Caribe. Para evitar esto, los españoles ordenaron al gobernador de la colonia de Santo Domingo que desalojara gran parte de las costas norte y oeste de la isla y trasladara su población, quemando la tierra dejada atrás para dificultar nuevos asentamientos. Este acontecimiento, que fue conocido como Las Devastaciones de Osorio, terminó favoreciendo la llegada de piratas franceses, holandeses e ingleses que se establecieron allí.
LA COLONIA FRANCESA
Hacia 1625 los franceses comenzaron a levantar asentamientos en la Isla de La Tortuga, frente a la costa norte de La Española y aunque fueron expulsados por los españoles repetidas veces durante los siguientes treinta años, terminaron ocupando junto con los ingleses la isla y desde allí comenzaron a poblar la costa noroeste de La Española. Para finales del siglo XVII, los franceses habían ocupado una porción importante de La Española, y se habían establecido pueblos como Port-de-Paix y Cap Français. En el año 1697, fue firmado el Tratado de Ryswick, en el que España cedía el tercio occidental de la isla de La Española a Francia, que bautizó a la nueva colonia como Saint-Domingue. La economía de la colonia estaba basada en las plantaciones de algodón, tabaco, añil y cacao, a las que se le agregó más tarde la caña de azúcar, que dependían de la mano de obra esclava para su desarrollo. A mediados del siglo XVIII, Saint-Domingue era responsable de la mitad del café que se producía en el mundo y del 40% del azúcar que consumían Francia e Inglaterra, además de representar casi los dos tercios de los intereses comerciales de Francia fuera del continente europeo. Hasta casi finales del siglo XVIII, la importación de esclavos desde el continente africano se contaba por decenas de miles cada año, principalmente para suplir a los que morían por enfermedades o por las condiciones extremas del trabajo forzado. Cerca de 750 mil esclavos poblaban Saint-Domingue en 1760 y existían también los conocidos como gens de couleur, o gente de color, descendientes de antiguos esclavos libertos. Entre ellos se contaban también a los mulatos, que eran los que tenían ascendencia africana y europeas mezcladas. Entre las gens de couleur, varios habían logrado acumular una riqueza importante y a su vez se habían convertido en propietarios de plantaciones y esclavos. Para la época de la Revolución Francesa, en el año 1789, éstos poseían cerca de una tercera parte de las plantaciones de la isla y un cuarto de los esclavos. Muchos habían servido en el ejército francés y poseían además formación militar.
EL PRIMER PAÍS LATINOAMERICANO QUE OBTIENE SU INDEPENDENCIA
La Revolución Francesa alentó las ideas independentistas en la colonia tanto para los blancos propietarios de plantaciones como para las gens de couleur y el 21 de agosto de 1791 estalló una rebelión incitada por el esclavo de origen jamaiquino Duffy Boukman. A las pocas semanas cerca de 100 mil esclavos se habían unido a la revuelta y un año más tarde habían logrado controlar un tercio de la isla. La rebelión continuó bajo el mando de Francois Dominique Toussaint Louverture y Jean Jacques Dessalines y en 1801 fue promulgada una Constitución que decretó la completa abolición de la esclavitud en la isla designando a Louverture como Gobernador. Aunque hubo un intento por parte de Napoleón Bonaparte de recuperar la colonia para Francia, el 1° de enero de 1804 el líder Dessalines proclamó la independencia y cambió el nombre de Saint-Domingue por Haití, que se convirtió así en el primer estado independiente de América Latina. Luego de declarar la independencia, Dessalines creó el Imperio de Haití y se designó a sí mismo como emperador con el nombre de Jacques I pero fue asesinado dos años más tarde y el imperio quedó dividido en el Estado de Haití al norte y la República de Haití al sur. En 1821 el presidente de la República de Haití Jean-Pierre Boyer reunió los dos estados y ocupó Santo Domingo, la colonia española en la parte oriental de la isla que había ganado recientemente la independencia, y hasta 1843 gobernó sobre toda la isla. Un año más tarde la República Dominicana se separó de Haití, que finalmente reconoció su independencia en 1867. En 1849 el presidente haitiano Faustin Soulouque se proclamó emperador con el nombre Faustin I y fue depuesto diez años más tarde por el general Fabre Geffrard. En 1879 asumió la presidencia Lysius Salomon y bajo su gobierno el país experimentó un período de desarrollo tanto en la agricultura como en la educación y en la infraestructura. Luego de Salomón y hasta 1915 el país tuvo once gobiernos sucesivos. Ese año, luego de que el presidente en Jean Vilbrun Guillaume Sam fuera asesinado, ocupó la presidencia Philippe Dartiguenave y se firmó un tratado que le otorgó a los Estados Unidos la responsabilidad de supervisar los asuntos gubernamentales del país, así como llevar a cabo programas de obras públicas y salud. Dartiguenave fue sucedido en 1922 por Louis Borno, que gobernó hasta 1930. Ese año, después de elecciones democráticas fue elegido presidente Sténio Vincent, que gobernó hasta entregar el poder a su sucesor Elie Lescot poco más de una década más tarde. En 1946 una junta militar asumió el poder luego de la renuncia de Lescot y convocó a elecciones en las que resultó elegido el maestro Dumarsais Estimé que fue obligado a renunciar por la misma junta militar en 1950. Uno de sus integrantes, Paul Magloire, asumió la presidencia hasta el año 1956.
LA FAMILIA DUVALIER, EL RETORNO DE LA DEMOCRACIA Y EL TERREMOTO DE 2010
En las elecciones de 1957, luego de la promulgación de una nueva constitución, resulta electo Francois Duvalier. Duvalier, llamado Papa Doc por los haitianos, creó en 1959 una milicia llamada Voluntarios de la Seguridad Nacional, conocidos también como tonton macoutes, y en 1964 se denominó a si mismo Presidente Vitalicio del país. Luego de la muerte del dictador, en 1971, fue sucedido por su hijo Jean-Claude Duvalier, apodado Baby Doc. Baby Doc fue obligado por los militares a renunciar luego de una rebelión popular que estalló en 1986. Después de cuatro años de gobiernos provisionales militares y elecciones viciadas, en 1990 fue elegido presidente en elecciones libres el sacerdote católico Jean-Bertrand Aristide. Su gobierno fue interrumpido por un golpe militar que mantuvo el poder entre 1991 y 1994 cuando Aristide regresó al poder y fue sucedido en 1996 por René Préval, aliado de Aristide, en la primera transición entre dos presidentes elegidos democráticamente en la historia de la nación. Aristide volvió a ocupar la presidencia entre 2001 y 2004 y fue derrocado en un golpe de estado. En las elecciones convocadas por el gobierno interino en 2006, René Préval fue elegido para un segundo mandato. En 2010, durante su presidencia, Haití sufrió un devastador terremoto que destruyó completamente la capital Puerto Príncipe. Cerca de 250.000 personas perdieron la vida y un millón quedó sin hogar. Las elecciones que debían realizarse en enero de ese año fueron pospuestas hasta el mes de noviembre a causa del terremoto y en la segunda vuelta, que se llevó a cabo el 20 de marzo de 2011, fue elegido Michel Martelly, el actual presidente de la República de Haití.
Cristóbal Colón llegó La Española o Ayiti, como la llamaban los taínos, el 5 de diciembre de 1492.”
GEOGRAFÍA Y CLIMA
La República de Haití ocupa el tercio occidental de la isla de La Española, que comparte con la República Dominicana, en el Mar Caribe. Ubicada a unos cien kilómetros al sureste de la isla de Cuba, de la que está separada por el Paso de los Vientos, la superficie de Haití es de poco menos que 30 mil km2. Cerca de las tres cuartas partes del país están cubiertas de montañas y su territorio, con forma aproximada de herradura, está dividido en tres regiones: norte, centro y sur. La región norte se encuentra surcada por el Macizo del Norte, un cordón montañoso con alturas entre 600 y 1.100 metros, que nace en República Dominicana y se extiende hacia el noroeste a lo largo de la península norte. Entre el macizo y la costa del Océano Atlántico se halla la Llanura del Norte, una franja fértil de 150 km de largo y 30 km de ancho. La región central está conformada por dos llanuras y dos cadenas montañosas distintas. De norte a sur, son la meseta Central, al sur del Macizo del Norte, atravesada por el río Guayamouc; las cadena de las Montañas Negras; la llanura del río Artibonite, el río más importante de Haití; y las cadenas de los Matheux y Trou d´Eau. La región sur comprende la depresión conocida como llanura de Cul-de-Sac, u Hoya de Enriquillo y la Península Sur. En la hoya se encuentra el mayor lago de Haití, el Étang Saumátre, o Lago del Fondo, como es conocido en español, un espejo de agua salobre de 170 km2. La península está atravesada por la Cadena La Selle, un cordón de montañas que une los macizos de La Selle en el este y de La Hotte en el oeste. En el macizo de la Selle se encuentra la mayor altura del país, el Pico La Selle de 2.680 metros. El clima de Haití es tropical con temperaturas medias mínimas de 23°C y máximas de 31°C, en enero, y de 25°C y 35°C, en julio. Las lluvias varían considerablemente dependiendo de la región, ya que las laderas norte y este de las montañas reciben la descarga de los vientos alisios que llegan así más secos a otras zonas del país. La media anual en la capital Puerto Príncipe se ubica cercana a los 1.400 mm y las estaciones lluviosas abarcan los meses de abril a junio, y octubre y noviembre.
La región norte se encuentra surcada por el Macizo del Norte, un cordón montañoso con alturas entre 600 y 1.100 metros”
ECONOMÍA
En el pasado, la República de Haití fue apodada “la perla de las Antillas”. De allí partían la mitad del azúcar que consumían los ingleses y los franceses, y más de las dos terceras partes de la producción mundial de café. Una conjunción de factores, entre los que se encuentran una diversidad étnica de complejas relaciones y la vulnerabilidad frente a fenómenos climáticos y geológicos, han dificultado el desarrollo de la nación haitiana. La principal actividad económica sigue siendo la agricultura, que está basada en cultivos tropicales. La agricultura de subsistencia, que incluye mandioca, arroz, caña de azúcar, maíz y plátanos, es una de las constantes del interior rural y entre los cultivos que se exportan se destacan el café, el cacao, los mangos y el sisal, del que Haití es uno de los productores de importancia. Junto con la explotación forestal y la pesca, son responsables de un 25% del PBI del país y del empleo del 65% de la mano de obra disponible. La minería depende en gran medida de la extracción de bauxita, importante para la producción de aluminio, y de cobre, aunque todavía existen yacimientos de otros materiales por explotar. La industria está basada en la refinación de azúcar, la producción de alimento, el ensamblaje de productos importados, y la manufactura de textiles. El sector de servicios es responsable de la mitad del PBI y emplea al 25% de la población activa, y el sector turístico comienza a ser desarrollado nuevamente después de veinte años de inestabilidad política. La economía de Haití está en un proceso lento de recuperación luego del devastador terremoto que sufrió el país en 2010, que dejó cientos de miles de víctimas y ocasionó cuantiosos daños.
La economía de Haití está en un proceso lento de recuperación luego del devastador terremoto que sufrió el país en 2010”
FACTORES HUMANOS
Haití tiene una población estimada en 9.800.000 habitantes en el año 2012. Cerca de una cuarta parte reside en la capital Puerto Príncipe y otra cuarta parte en las ciudades de mayor tamaño, mientras que la mitad restante se considera población rural. La densidad de habitantes es de aproximadamente 250 habitantes por km2. Un 95% de la población haitiana es descendiente de africanos y el 5% restante se compone casi en su totalidad de mulatos. Los idiomas oficiales son el francés, hablado por un 10% de la población y el créole o criollo haitiano, un idioma cuyas estructuras están basadas en el francés mezclado con diversas lenguas de África Occidental, y que es hablado por casi la totalidad de la población. El español no es oficial pero es hablado por gran cantidad de personas, especialmente cerca de la frontera con República Dominicana, y el inglés se utiliza cada vez más entre los jóvenes de las grandes ciudades. El 80% profesa la religión católica, el 16% se reparte entre distintas denominaciones cristianas y el 4% en otros cultos. Aunque no hay datos oficiales al respecto, se considera que cerca de la mitad de la población del país practica en alguna medida el Vudú, una religión sincrética cuyos orígenes se pueden rastrear hasta el continente africano. La educación está provista de manera gratuita por el estado y existen también escuelas privadas y parroquiales, la tasa de alfabetización alcanza el 54% en los varones y el 51% en las mujeres. La población es joven, con el 34% de habitantes por debajo de los 14 años, el 56% entre los 15 y los 54 años y un 10% mayor de 55 años. La esperanza de vida es de 61 años para los varones y de 64 para las mujeres. Haití es un país con una gran tasa de emigración. Cerca de dos millones de haitianos viven en el exterior del país, principalmente en Estados Unidos, República Dominicana, Canadá y Francia. Muchos de éstos participan activamente en la reconstrucción del país luego del terremoto de 2010 y contribuyen a la economía por medio de remesas de efectivo.
Un 95% de la población haitiana es descendiente de africanos y el 5% restante se compone casi en su totalidad de mulatos. ”
CULTURA
La cultura de Haití es una rica mezcla de tradiciones que provienen de África Occidental y que se mezclaron con las influencias francesas durante el período colonial. Las expresiones artísticas, ya sea en la plástica o en la música tienen una gran intensidad y un clima colorido de celebración de sus costumbres. La música, de una gran importancia entre los haitianos, tiene sus exponentes más tradicionales en el konpa dirèk y en el méringue, el género considerado el estilo nacional de música de Haití. Los conjuntos callejeros que invitan al baile utilizan guitarras, saxofones y distintos tipos de tambores, y muchas veces sobre la música se improvisan historias que narran la vida diaria de la gente. Dos festivales anuales convocan a gran parte de la población para festejar durante días. El Carnaval, o Mardi Gras, que se realiza en el mes de febrero y durante el cual abundan los desfiles, los bailes callejeros y las fiestas que duran toda la noche; y el Rara, un festival de música durante la Semana Santa cristiana. Durante el Rara se realizan procesiones callejeras al compás de tambores y un tipo de trompeta hecha de bambú llamada vaksen. Durante las procesiones, los cantos celebran a los ancestros africanos y la ocasión muchas veces es aprovechada para expresar reclamos políticos y sociales. A lo largo de los años, desde los primeros africanos que fueron llevados a la isla, las tradiciones folclóricas fueron pasadas de manera oral de generación en generación, por lo que los haitianos tienen una gran cantidad de historias acerca de personajes mitológicos de las religiones africanas y utilizan ampliamente los refranes y los proverbios para trasmitir su sabiduría.
Las expresiones artísticas, ya sea en la plástica o en la música tienen una gran intensidad y un clima colorido de celebración de sus costumbres.”
SITIOS IMPRESCINDIBLES
Saut Mathurine
Escondida en las Montañas La Selle, en el medio de la península meridional, se encuentra la cascada de Saut Mathurine. Este espectacular salto, rodeado por una imponente vegetación casi virgen, está en una de las zonas de mayor vegetación del país, al oeste de la capital Puerto Príncipe. Saut Mathurine alcanza una treintena de metros sobre un gran espejo de agua verde-azulada, perfecto para la natación, gracias a su temperatura templada. Parte del encanto de este destino natural está en los senderos que rodean las cascadas y en los que se pueden observar gran cantidad de especies de pájaros que habitan el ecosistema. Para acceder a Saut Mathurine se puede utilizar el automóvil o también alquilar caballos en el vecino pueblo de Camp-Perrin, del que también salen excursiones contratadas.
Bassin Bleu
Bassin Bleu, o Basenble, como es su nombre en el idioma créole haitiano, es un conjunto de piletones naturales en la roca de la montaña sobre el curso del río Jacmel, cerca de la costa sur de Haití. Conectadas por saltos de agua que pueden alcanzar una decena de metros, y rodeadas de una gran cantidad de vegetación, allí es posible zambullirse desde las cascadas en el agua fresca y disfrutar de la salvaje belleza del lugar. Bassin Bleu no cuenta con una infraestructura turística, pero está bien atendida por los locales que, además de facilitar los elementos para poder disfrutar del lugar, también ofrecen bebidas y frutas por un pequeño precio. La cantidad de visitantes diarios es limitada para preservar la naturaleza de la mejor manera posible, por lo que se aconseja informarse primero con las oficinas de turismo locales. El recorrido a los piletones desde la vecina ciudad de Jacmel está bien señalizado y la mejor manera de llegar allí es a caballo o con un vehículo 4x4, ya que los caminos de acceso, una parte de los cuales bordea el río, pueden ser bastante irregulares. Para los más osados, también se puede llegar a Bassin Bleu a pie, a través de la montaña. La escalada dura prácticamente una jornada, pero la belleza de los senderos hacen que valga la pena el esfuerzo.
Parque Nacional Pic Macaya
Para los amantes de la naturaleza virgen, pocos son los lugares en Haití más atractivos que el Parque Nacional Pic Macaya. Su nombre hace referencia al pic, o pico Macaya, que con 2.347 metros es la segunda montaña en altura del país. Ubicado al suroeste del país, en el macizo de La Hotte, Pic Macaya ofrece a los visitantes un deslumbrante recorrido por los bellos paisajes montañosos haitianos. Sobre las profundas gargantas que corren entre los picos, nacen los ríos del sur de la península que desembocan en el mar Caribe. Sus mayores atractivos son la flora y la fauna, muchos de sus ejemplares ya se han extinguido en otras partes del Caribe y cerca de un tercio de las especies de plantas son autóctonas. Entre ellas, el parque protege a más de 140 especies de orquídeas y 65 especies de pájaros. Además, Pic Macaya es la última reserva de bosque nuboso de Haití. Este tipo de bosques tropicales, que ocurre entre los 1.000 y los 3.000 metros de altura, suele estar cubierto de una persistente capa de nubes a la altura de las copas de los árboles y posee una gran cantidad de musgo debido a la humedad atmosférica, generalmente mayor que la de la zona que los rodea, por lo que ofrecen un paisaje por demás exótico.
Planicie de Cul-de-Sac
La Planicie de Cul-de-Sac es una angosta franja de terreno que se extiende hacia el este, a pocos kilómetros de la capital Puerto Príncipe, hasta llegar cerca de la frontera con República Dominicana. Es uno de los destinos favoritos para apreciar los paisajes y la fauna local. Por ser una zona de tierras bajas, allí se encuentran distintas variedades de patos, flamencos y aves exóticas. La planicie también alberga a los lagos más importantes de Haití, el Étang Saumatre, un espejo de agua de 170 km2 rodeado de montañas y que alberga más de cien especies de animales, entre los que se destaca el cocodrilo americano; y el lago Trou Caïman, uno de los mejores lugares para el avistamiento de aves. En Cul-de-Sac, a una decena de kilómetros de la capital, está localizado el suburbio de Croix-des-Bouquets. Allí se encuentra el mercado de animales de granja al aire libre más importante de Haití, que tiene lugar los días viernes. En Noailles, un pueblo de artesanos en Croix-des-Bouquets, existe desde hace más de sesenta años un grupo de escultores que trabajan el hierro con martillos y cinceles para crear una de las más bellas formas del arte haitiano, profundamente inspirada por sus creencias religiosas. Estas esculturas de cruces, pájaros, flores o corazones, o máscaras de fuerte influencia vudú, son fabricadas por más de medio centenar de artistas que residen allí.
Para los amantes de la naturaleza virgen, pocos son los lugares en Haití más atractivos que el Parque Nacional Pic Macaya.”
CÓMO VIAJAR DENTRO DEL PAíS
Haití posee una red de caminos con 4.200 km de extensión, de los cuales poco más de 1.000 km están pavimentados. Las ocho rutas nacionales unen las ciudades principales. Abarcan desde Cabo Haitiano, en la costa norte hasta la ciudad de Jérémie, en el extremo suroeste del país, y desde la capital Puerto Príncipe, hasta Malpasse, en la frontera con República Dominicana. La mejor manera de recorrer el país es contratando los servicios de un chófer con su propio vehículo, lo que cuesta aproximadamente lo mismo que el alquiler de un auto sin chófer en las compañías principales y permite adentrarse en el territorio hasta alcanzar alguno de los interesantes destinos que ofrece Haití para los turistas. La manera más económica de trasladarse en las ciudades es por medio de los tap-taps, camiones adaptados para pasajeros. Los tap-taps suelen estar pintados de colores vistosos y para detenerlos en cualquier parte de su recorrido solamente es preciso gritar “¡merci!”. Para los recorridos interurbanos existen diversas flotas de “minibuses” que parten de distintos puntos fijos en las ciudades que sirven de estación terminal.
La mejor manera de recorrer el país es contratando los servicios de un chófer con su propio vehículo”
GASTRONOMÍA
Griot
Algunos platos en Haití logran una intensidad en el sabor fuera de lo común. El griot, una manera muy popular de cocinar la carne de cerdo, se prepara dejando marinar la carne cruda durante varias horas en una mezcla de tomillo, ciboulette, pimienta, sal, cebollas, jugo de lima y cuando es posible jugo de naranjas amargas, que le otorgan un sabor agridulce particular. Después de que la carne absorbió estos sabores se la saltea en aceite y de nuevo se la cocina a fuego lento en el mismo jugo de la marinada, hasta que la carne queda tierna y cocida en la sabrosa salsa.
Sos Ti-Malice
La leyenda cuenta que un hombre llamado Ti-Malice creó la receta de esta salsa picante para aderezar sus comidas de tal manera que su amigo Bouki no pudiera comerlas, dejándolo a él sin comida. Pero Bouki gustó tanto de la salsa que le contó a mucha gente y así se hizo tan famosa en Haití. La salsa Ti-Malice se prepara calentando aceite al que se le agrega jugo de lima, ajo, sal, pimienta y chiles habaneros, unos pequeños pimientos sumamente picantes. Generalmente se utiliza este aderezo para las carnes asadas o el pescado frito.
Pikliz
Aunque no es un plato en sí mismo, sino más bien un aderezo, o un complemento de los platos de carne o arroz, el pikliz es una de las preparaciones más tradicionales de Haití, y es muy probable que si un visitante se hospeda en alguna casa particular se encuentre con este delicioso producto típico. Vegetales como la zanahoria, el ajo, el repollo, la cebolla y los pimientos son cortados en finas tiras y puestos a marinar, preferentemente durante una semana, en un frasco en una mezcla de vinagre, jugo de lima, clavo de olor, pimienta y sal. Dependiendo del gusto de los comensales, a veces la receta de pikliz lleva una variedad de picante muy utilizada en el Caribe, llamada scotch bonnet. El pikliz se utiliza generalmente para aderezar carnes asadas.
Taso Kabrit
Otro plato de carne que también se caracteriza por la intensidad de su sabor, es el taso kabrit. El taso kabrit utiliza carne de cabra que primero se marina en una mezcla de ajo, cebolla, perejil, lima, sal y pimienta durante toda la noche para que adquiera sabor. La carne tiene luego tres cocciones distintas. Se fríe primero, luego se cocina en una olla hasta quedar blanda y finalmente se hornea durante una hora para dorarse. Este plato se llama taso bef cuando en vez de cabrito se utiliza carne de vaca.
Diri Jon Jon
Diri, que proviene del francés du riz, es la palabra criolla para llamar al arroz. El diri es una de las comidas más básicas y populares de Haití. Este plato, el diri jon jon, es una de las maneras más tradicionales de prepararlo utilizando una variedad local de hongos secos llamada djon djon. Este tipo de hongos, una especie de champiñón negro, es considerado una delicadeza en el país. Para lograr un intenso sabor, el plato lleva tomillo y varios clavos de olor, además de uno de los chiles picantes favoritos en Haití, el pimiento scotch bonnet.
Boulettes
En Haití es habitual acompañar los platos de arroz con algún tipo de albóndigas, o pequeñas bolas de carne fritas. Aunque este tipo de preparación es común a varios otros países, la versión haitiana lleva pan remojado en agua y una buena cantidad de pimienta y perejil para condimentar.
Diri Kole
Si hay algún plato que compite por ser el plato nacional haitiano es el diri kole. El diri kole es una versión haitiana del plato caribeño conocido como moros y cristianos, o arroz y frijoles. El plato se prepara utilizando frijoles colorados y dos de las especias favoritas de Haití, el clavo de olor y el tomillo. Además se puede preparar en su versión picante, si se le agregan algunos chiles habaneros.
Bannann Graje
El bannann graje es un tipo de sopa espesa dulce. Su nombre quiere decir en español banana rallada, pero la preparación en realidad lleva plátano. El fruto se ralla y se hierve en agua, a la que se le agregan epis dous, o especias dulces como la canela. Luego de hervir a fuego lento hasta que la fruta queda disuelta en la sopa, se le agregan leche condensada, vainilla y azúcar. Esta preparación, si bien es dulce, se suele comer tanto en el desayuno, acompañada de pan, como en la cena, junto con otros platos.
La leyenda cuenta que un hombre llamado Ti-Malice creó la receta de esta salsa picante para aderezar sus comidas”
TIPS Y CURIOSIDADES
-Durante la estadía en Haití es recomendable llevar todo el tiempo una buena cantidad de agua embotellada para beber.
-El vestuario en Haití es modesto y lo mismo se aconseja para los turistas, especialmente para las mujeres.
-Al saludar a los haitianos es costumbre mirar al otro a los ojos y tratarse con respeto.
-Consulte o pida permiso antes de tomar fotografías donde puedan aparecer terceros.
-Es conveniente llevar alguna cantidad de cambio chico para los niños que se pueden ofrecer a llevar algún pequeño equipaje o llamar a los autobuses o tap-taps.
-Es un gesto bien recibido entre los haitianos llevar siempre una ración extra de comida o agua para compartir con el chófer, guía o intérprete.
-No es una costumbre haitiana apurarse por lo que se recomienda ser paciente y apreciar el ritmo al que se mueve la población.
-Los haitianos valoran en gran medida el intento de los extranjeros de aprender aunque sea unas pocas frases de su idioma local, el créole.
-Es conveniente revisar el tipo de vacunas que es aconsejable recibir antes de viajar a territorio haitiano.
-Se recomienda utilizar repelente de insectos y llevar ropa de mangas largas para evitar sus picaduras.
CURIOSIDADES
-En el siglo dieciocho, Haití, llamada Saint-Domingue entonces, era la colonia más rica del imperio francés y se la conocía como “la perla de las Antillas”.
-Haití es el tercer país en tamaño en el Caribe luego de Cuba y República Dominicana.
-Haití es el país más montañoso del Caribe.
-Haití es la segunda nación independiente de América, luego de los Estados Unidos. Su independencia fue declarada en 1804.
-Antes de la llegada de los europeos, Haití estaba poblada por la tribu de los Taínos, que llamaban a su territorio Ayiti, o tierra de montañas.
-Cerca del 40 % de la población haitiana tiene menos de 14 años.
-Aproximadamente entre 1,.5 y 2 millones de haitianos residen en el exterior del país.
Al saludar a los haitianos es costumbre mirar al otro a los ojos y tratarse con respeto.”
La Ciudadela Laferrière
A unos 30 km de la ciudad de Cabo Haitiano, en la costa norte del país, se encuentra uno de los edificios históricos más notables de la isla. Conocida como La Citadelle, el monumento es la fortaleza más grande de todo occidente. Fue levantada por el monarca haitiano Henri Cristophe, quien a principios del siglo XIX se proclamó rey de Haití, luego de la independencia de los franceses. Levantada en la cima de una colina, la fortaleza cubre una superficie de unos 10.000 m2 y sus paredes alcanzan los 40 metros de altura. Para su construcción fueron necesarios 20 mil obreros que trabajaron durante quince años a partir de 1805. Sus paredes fueron levantadas utilizando una mezcla de cal viva con melaza y sangre de cabra, así como una cola adhesiva hecha de pezuñas de vaca para agregar resistencia. La fortaleza contaba con depósitos de provisiones y enormes cisternas de agua capaces de garantizar el abastecimiento de 5 mil personas durante un año completo. El armamento incluía 365 cañones de diferentes tamaños que fueron importados de distintas naciones y las municiones se apilaban en pirámides en la base de las paredes. Como se puede observar desde el camino de acceso, las paredes de la fortaleza salen de las mismas laderas rocosas de la montaña, haciendo el acceso por asalto prácticamente imposible. La Citadelle Laferrière fue designada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1982.
Palacio de Sans Souci
La historia del palacio de Sans Souci, que en francés quiere decir “sin preocupación”, no puede separarse de la de su mentor, el haitiano Henri Cristophe, quien fuera héroe de la independencia haitiana y que luego se hizo coronar como rey con el nombre de Henri I, en 1811. Sans Souci fue la residencia del rey hasta su muerte en el año 1820. Su construcción demoró tres años y estuvo terminada en 1813. Por su esplendor original, antes de ser destruido por un terremoto en 1842, fue llamado el Versalles del Caribe, y según los estudiosos estuvo inspirado en el palacio homónimo de Federico II el Grande cerca de Berlín. La lujosa construcción poseía muros con bajorrelieves, acueductos entre los cimientos por los que corría el agua fresca para refrigerar los ambientes más importantes, y en sus terrazas se daban cita los miembros de la nueva aristocracia haitiana que rodeó a Henri I. Sans Souci se encuentra en la ciudad de Milot, a pocos kilómetros de Cabo Haitiano y junto con la Citadelle Laferrière fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1982.
Marché de Fer, Puerto Príncipe
A pocas cuadras de la costa, en la capital Puerto Príncipe, se encuentra una de las estructuras más interesantes de Haití. El Marché de Fer, que en francés quiere decir Mercado de Hierro, es un bullicioso mercado urbano donde se pueden conseguir desde alimentos frescos hasta esculturas. Cientos de vendedores se dan cita para ofrecer sus productos y el sitio se ha convertido en un símbolo de la fortaleza de los haitianos para recuperarse luego del terremoto que sufrió el país en 2010. El mercado comenzó a operar a finales del siglo XIX y desde entonces fue uno de los lugares más representativos de Puerto Príncipe, ya que allí se realizaba gran parte del intercambio comercial de la capital. La estructura principal, hecha de hierro, tiene dos alas cubiertas de diez metros de altura conectadas por puentes y un pabellón central con cuatro torres que terminan en minaretes de estilo árabe. Aunque fue fabricado en Francia y su destino original era una estación de tren en El Cairo, por razones desconocidas la obra de ingeniería terminó en la capital haitiana. El mercado, junto con los puestos callejeros alrededor del mismo, es uno de los mejores lugares para comprar artesanías en metal y pinturas tradicionales.
Fort Jacques y Fort Alexandre
A pocos minutos del centro de Puerto Príncipe, en la comuna de Kenscoff y a 1.500 metros de altura sobre una de las colinas que rodean la capital haitiana, se encuentran dos de las fortificaciones más importantes de la época inmediatamente posterior a la independencia. Construidas bajo la dirección de Alexandre Pétion, presidente de Haití entre 1807 y 1818, estas fortalezas estaban destinadas a proteger el territorio de una posible invasión francesa para recuperar la colonia. Fort Jacques fue levantado entre 1804 y 1806, y aunque sufrió daños de consideración durante el terremoto, comenzó a ser reconstruido nuevamente para preservarlo como patrimonio histórico. El recorrido por el sitio permite observar las efectivas tácticas de defensa de los haitianos, que incluían habitaciones a oscuras para emboscar a los atacantes y una gran cantidad de cañones ingleses y franceses para la defensa. El fuerte poseía además una enorme cisterna en su centro para recolectar agua de lluvia y las paredes exteriores eran dobles, con amplias terrazas en la parte superior por donde podían trasladarse los cañones móviles. Fort Alexandre era de diseño más simple y todavía requiere un trabajo importante de restauración, pero de todos modos en las ruinas que permanecen en pie se puede apreciar su antigua grandeza.
Museo del Panteón Nacional
El Museo del Panteón Nacional o MUPANAH, que se encuentra en la capital Puerto Príncipe, fue abierto en el año 1983 y ofrece un completo recorrido de la historia haitiana desde los primeros habitantes taínos que poblaron su territorio hasta la actualidad. Entre los objetos más destacados de sus colecciones se encuentran un ancla de la Santa María, la carabela con la que Cristóbal Colón llegó a América y la pistola con la que se suicidó el rey haitiano Henrí I en 1820, además de cadenas utilizadas en los esclavos, instrumentos de tortura y una gran cantidad de objetos de interés arqueológico.